Prehistoria en Cabeza del Buey
Los antepasados prehistóricos de los actuales Caputbovenses fueron los habitantes de las cuevas existentes en las sierras del Pedregoso, multitud de útiles de piedra pulimentada, hachas, puntas de flecha, etc., halladas en la zona, así como las importantes pinturas rupestres, que se conservan en rocas y grutas, nos dan fe de la existencia de estos antiquísimos moradores.
El abad Henri Breuil publica en 1933 unos trabajos bastante extensos sobre las pinturas esquemáticas de la Península Ibérica. De ellos nos interesan aquellos correspondientes a la cuenca del Guadiana, y muy concretamente le capitulo IV, dedicado a las rocas pintadas en los alrededores de Cabeza del Buey.
Señala Breuil con mucho detalle, las pinturas rupestres de la Majadilla del Puerto Alonso (en termino de Zarza-Capilla, frente a la estación-apeadero del ferrocarril de las cabras) se trata de pinturas esquemáticas en amarillo, rojo cálido, rojo de trazos finos, sepia, rojo oscuro generalmente fino y negro, igualmente delgado.
Describe seguidamente, las no menos importantes pinturas situadas en los buitres (Peñalsordo).
En lo referente a las pinturas del término de Cabeza del Buey, menciona en primer lugar, las situadas en el cerro Estanislao, situado al sur de esta villa y de las sierras del Pedregoso, formando con éstas el llamado valle del Aliso. Estas pinturas son esquemáticas, realizadas con amarillo, naranja, rojo claro y rojo oscuro sobre la roca principal. El material usado es grasa y sangre de animales mezclada con ocre o piedra de hierro, muy abundante en al zona (Salobral), Cabeza del Almagrera, etc. En este mismo cerro Estanislao se halla una cueva a muy poca distancia de la roca principal, muy poco profunda, con figuras naranjas, encontrando gran variedad de motivos: Personajes, rayas, puntas e flecha, puñales, barras, etc.
Frente al cerro anterior y descendiendo por el valle del Aliso al oeste de la corriente “las escarpaduras forman casi un acantilado cuyos bancos cuarzosos se meten hacia la parte alta del arroyo”. El Panel pintado comprende tres capas de pinturas.
Cueva de la Majadilla del Local.- Se encuentra en una hondonada situada en la sierra del Pedregoso, en la ladera sur del cerro denominado Majada de la Peña. Justamente frente al ángulo norte del cercado del olivar existente, se halla, al resguardo que forma esta gruta; las pinturas son de color rojo atenuado.
Cueva del Barranco de la Higuera.- A poca distancia, andando por una vereda, se va a parar a un punto donde un barranco desciende de la cima, fuertemente cortado, formando una pared orientada al mediodía, precisamente donde nace el arroyo Corregidor, existe una cueva. En las inmediaciones, al abrigo se descubren rocas bastante escarpadas con pinturas que representan figuras de color naranja, rojo, sepia y rojo oscuro. Este paraje es conocido como Valle de la Cueva.
Independientemente de estas pinturas estudiadas y catalogadas por Breuil, se encuentran otras en las mismas sierras del Pedregoso, al sitio denominado Collado de la Nava. Éste se halla situado al suroeste de la población, a unos dos kilómetros y al Oeste del paso de montaña conocido como Puerto del Gato.
En la parte septentrional, frente a la Fuente del Peral, se aprecian en este cerro tres cuevas, una está orientada a Poniente y es conocida como “El Pozo Retumba” y las otras dos se orientan al Norte.
El Pozo Retumba es una oquedad poco profunda en principio, teniendo un agujero en su parte izquierda, que da a una gruta de cierta profundidad en dirección Este, de unos siete metros de longitud. En la parte de la entrada hay pinturas rojizas, formando cuadros cuartelados, con flechas de doble punte y otras figuras. La segunda y tercera cueva se halla situada a cierta elevación, son de poca profundidad (Unos 3 metros y otros tantos de altura). Su abertura mira al Norte, su acceso es dificultoso, pues hay que subir por unas rocas escarpadas. En su interior se encuentra labrada en la roca una pocita a modo de cuenco, con agua muy cristalina. En las paredes, a un lado y otro vemos pinturas esquemáticas, rayas, trazos ondulados y una figura en negro de serpiente bastante bien dibujada; su localización exige un cuidadoso examen.
Datos del Libro de Historia de Cabeza del Buey