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Cabeza del Buey - Siglos XIX y XX (2ª Parte)
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Siglos XIX y XX en Cabeza del Buey (2ª Parte)

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Siglo XX 

El siglo XX es bien acogido, y se marca su inicio con un crucero en uno de los picos más altos de la sierra del Pedregoso, precisamente, el que está situado más enfrente de la población. 

La expansión económica, que había caracterizado el último tercio del siglo anterior, continuó incrementando el desarrollo de esta villa. Sus estaciones ferroviarias, siguen siendo centro de comunicación, puerta de entrada y salida, y por ello se incrementan de forma considerable toda clase de industrias de tejidos, transportes de mercancías, cerámica, forja, mecánica, etc. Todo ello impulsó la creación de un comercio, sobre todo de mayoristas, que surtía en gran parte la extensa comarca. Alrededor de la estación de Cabeza del Buey se edificaron fondas, paradores, almacenes..., como complemento del importante nudo de comunicaciones de gran categoría, ya que su área de servicio cubría una amplísima zona, desde Monterrubio de la Serena a Peñalsordo y de Hinojosa del Duque a Herrera del Duque. A pesar de que esta situación ha variado sensiblemente, en la actualidad, la estación de Cabeza del Buey, ocupa el tercer puesto en la provincia por su movimiento de viajeros y mercancías. 

El movimiento de la trashumancia ganadera, ya no utiliza las antiguas vías como antes, y sus traslados se hacen principalmente por medio de vagones especiales para estos menesteres; las estaciones ferroviarias están equipadas, sobretodo en las zonas ganaderas, con embarcaderos de ganado, no ya sólo para la trashumancia, que en sí era lo más importante, pues el punto seguía cubriendo el enclave de siempre (La Serena, La Siberia y Los Pedroches), sino el traslado de ganado de las grandes Ferias que se celebraban por la comarca, como eran las de Talarrubias, Hinojosa del Duque e, incluso, Cabeza del Buey. 

El casco urbano ha crecido un tercio de su tamaño y lo mismo el número de habitantes, alcanzando en 1936, 13.600. En el orden ganadero, está considerada como la primera plaza en España, principalmente por la especie lanar, ya que a ella dedica los dos tercios de su extenso término municipal, el séptimo de la provincia de Badajoz. 

Son calles después de 1900, las del Siglo XX, Moreno Nieto, Balmes, Rosario, Lope de Vega, Menéndez Pelayo, de la Selva, Hernán Cortes, General Espartero, Dr. García Mora, Plaza de la Magdalena, Padre Majon, Aguaneva, San Emilio, etc. Así mismo, las carreteras y caminos vecinales de la Diputación Provincial han sido construidos en la presente centuria. 

Siguiendo las corrientes políticas de la época, en 1902, nace la Sociedad Obrera Cooperativa, en la calle Mencía Álvarez; ésta desaparece hacia 1912. Posteriormente, hacia 1917, vuelve a nacer otra entidad parecida a la anterior, La Sociedad Obrera “El Progreso”. Ésta tiene como objetivo la compra de la llamada encomienda de Belén, que no es otra que la antigua de Cabeza del Buey, que dio nombre a esta villa. Fija su residencia en la calle Maestre Yánez en casa propia, casa que se conocía por “La barbuda”, y es que, ya se había formado un movimiento que trataba de restituir a los pueblos las grandes propiedades de concesiones o compras (legales en su tiempo), pero, ilegalidades de épocas de reyes absolutistas, que en las fechas más modernas eran consideradas arbitrarias y obedeciendo a situaciones especiales de su tiempo. 

El Duque de Lerma, propietario de dicha encomienda, parece ser que estaba en buena disposición de restituirla al pueblo de Cabeza del Buey mediante venta, y a tal efecto, la Sociedad dispuesta a adquirirla para la población, consigue un crédito del banco hipotecario de Badajoz de 3.000.000 de Ptas., con lo que acomete la compra. Después de ajustado el precio, otra agrupación de ricos terratenientes de la localidad, cuya existencia se desconocía, sabido en cuanto se había hecho el trato, ofreció una cantidad sensiblemente superior, y so pretexto de que también era para el pueblo, canteó la venta en su favor. Parece ser que el Duque se sintió engañado al enterarse de la verdad, pero la venta quedó en firme, y una vez más, Cabeza del Buey, perdió la oportunidad de corregir la perdida de los propios de la villa con esta otra encomienda que el vecindario consideraba del pueblo. 

La población, principalmente clase campesina, agrupada para este objetivo en la Sociedad Obrera "El Progreso", recibió un golpe tremendo y la frustración ante la impotencia no fue menor. Una vez más el espíritu de la Mesta imponía su potencia y privilegios. Hemos de aclarar, que la sociedad era la Casa del Pueblo, y que estos sucesos acontecían en 1918-1919. 

También por el año 1919, tenia lugar una terrible epidemia de gripe que hizo estragos entre la población. 

De especial relieve desde que el comendador Rol y el Regidor D. Antonio de Gante han dirigido los destinos de Cabeza del Buey merece mencionarse a D. Joaquín Martínez de la Mata, alcalde de esta villa, desde y durante la dictadura de los años 20. Al frente de una Corporación Municipal competente, pronto se vio que una mano firme y justa regía los destinos del pueblo. 

Se consiguió sacar los derechos del ayuntamiento sobre el Santuario de Belén, cuyo patrono es dicho Ayuntamiento, tras enconado juicio que empezó el Alcalde (cumpliendo acuerdos de la corporación) y el mayordomo; éste lo derivó al párroco y este a su vez al obispo de Córdoba; mientras el alcalde lo puso en manos del Ministro del Interior, a la sazón Sr. Yanguas Mesía, con lo cual se emprendió un juicio Iglesia-Estado. Al tomar estas proporciones, el obispo excomulgó a Sr. Martínez de la Mata. 

Pero fue provisional, ya que a la vista de la dimensión que dicho juicio había tomado, decidieron cortarlo y se buscó un arreglo al asunto, mediante el cual, le fue levantada la excomunión al Sr. Alcalde y reconocidos los derechos del Ayuntamiento sobre el santuario. En virtud de ello, el Ayuntamiento quedaba como Patrono de la ermita y cuanto concierne a dicho Santuario. También del nombramiento del administrador y del santero por la corporación, en uso de sus atribuciones, con arreglo y regalía, que de tiempo inmemorial, disfruta de nombrar y separar libremente quien desempeñe el cargo de administrador de los frutos, rentas, etc. 

Igualmente, haciendo uso de las facultades anteriores el Ayuntamiento acordó por unanimidad nombrar Santero de la Ermita al vecino de esta…. (Acta del Ayuntamiento, Pleno de 29/08/1927 de Cabeza del Buey). 

Hechas las paces, entre la parroquia y el Ayuntamiento, las fiestas en honor a la patrona de la Villa tomaron un incremento aun más notable si cabe, al tomarlo el pueblo como una cosa suya. El programa de festejos de 1927, describa así la romería. Y lo describe un señor venido a esta localidad recientemente como maestro nacional: “Forastero: si no has visto la romería de Ntra. Señora de Belén, no has visto algo hermoso y conmovedor, que en abigarrada confusión de sentimientos y colores, te has de emocionar. 

“El día de la romería acuden al famoso Santuario infinidad de devotos, carros primorosamente adornados, que llevan un bello cargamento de mujeres bonitas, arrogantes jinetes enjaezados con primor, automóviles, coches y trenes, llevan a Belén a una multitud alegre que llena de vida y de dulce calma aquel paisaje ensoñador”. 

“Los romeros acompañan a la milagrosa imagen hasta el pueblo desde el santuario, entonando las tradicionales coplas de la Virgen, llenas de fervor. Al paso por Almorchón, encuentra las calles adornadas y una gran multitud allí la espera…Pero lo realmente conmovedor es la entrada en el pueblo, la multitud llena materialmente las calles y plazas del trayecto, en que se levantan arcos de triunfo en serie infinita”. 

“Arden al paso de la venerada Imagen, multitud de castillos de fuegos artificiales; cantan todas las campanas en una letanía de gloria y el público, electrizado por la emoción del momento, entona las coplas, fragantes de ingenuidad y sencillez, en honor a la Virgen, que se destaca sobre un mar de cabezas con un gestor-protector. La vez primera que yo, forastero como tú, presencié la entrada de la Virgen, fue una emoción tan grande que las lágrimas pugnaban por brotar en mis párpados. La entrada de la virgen de Belén, anualmente, en Cabeza del Buey, es algo conmovedor e inolvidable (A. Rodríguez Valdés) 

También dejó sentado esta misma Corporación Municipal, los derechos de propiedad que la villa tenia sobre la Charca Pública, situada en los antiguos propios, reconstruida en 1749 a costa de esta villa, como consta en la piedra de fundación, que servía para abrevadero de los ganados, para alimentar unos batanes de la antigua fabrica de paños, así como para ayudar con su retén, unos molinos harineros, aguas abajo en el arroyo del buey. Esto se llevó a cabo, atendiendo una petición de más de 80 vecinos de la villa, los cuales solicitaban del Ayuntamiento que se reparara la charca, ya que su muro de contención tenia fugas de agua y estaba debilitado en alguna de sus partes (agosto de 1926). Estudiaron el asunto y en abril del año siguiente la Corporación en Pleno, acordó que se realizaran las obras oportunas. Y en septiembre del mismo año, las obras se llevaron a efecto. 

Se pavimentaron por primera vez calles en la población, acometieron las obras de captación de aguas de la fuente publica situada en la plaza (por este motivo llamada) de la Fuente. Se llevaron a cabo trabajos de reparación de varios caminos del término entre los que cabe destacar: el camino real, el de la venta, el del puerto de la Nava, etc. 

La República. 

El 14 de abril de 1931 conoce España la 2ª República. Nuestro pueblo, como todos los del país, se ve envuelto en las luchas políticas de aquella época. Una rivalidad feroz y una tirantez desconocida tienen lugar en siguientes campañas electorales, entre las derechas y las fuerzas de izquierda. 

Las elecciones de 1933, las ganó la derecha. Se recrudecieron las oposiciones, y en un ambiente democrático y de plena rivalidad política, el pueblo luchó abiertamente contra el caciquismo, tan arraigado por tratarse de una población esencialmente ganadera. Pero la frustración que arrastraba de siglos, pasada de padres a hijos, de cuya responsabilidad acusa a la clase dominante, fue creando un espíritu nuevo en una juventud que ve la posibilidad de redimirse. Crecen los afiliados a la antigua sociedad Obrera “El Pedregoso”, UGT, que como en el resto de España lucha por una Reforma Agraria que les permita sacar sus economías campesinas adelante. 

El día 16 de febrero de 1936, vuelve a haber elecciones generales, y esta vez ganan las izquierdas en todo el país. Un nuevo ambiente flota en el aire ¿Cómo es posible? Los pobres mandando. Las contras crecen, para contrarrestar a la izquierda, se crea el Sindicato Católico Agrario, para ganar votos favoreciendo a los campesinos que les sean adictos. No obstante, con motivo de la Reforma Agraria votada por las cortes en septiembre de 1932, se reparten tierras para labrar y los campesinos disfrutan de poder paliar sus labores. Todos los trabajadores se convierten en labradores, y como consecuencia de roturar en tierras nuevas no sembradas nunca y algo que acompañó el año, las cosechas fueron buenas, la ultima fue de las mejores que se recuerdan. Todas las casas de los pobres se llenaron de grano, trigo y cebada. La poca cultura y una inquietud incipiente dieron pie a que pronto brotaran algunos hechos de barbarie. Y así en el mes de mayo de dicho año de 1936, tumbaron las cruces de la localidad existentes fuera de las iglesias. 

Una mañana, se vieron en el suelo todos los signos de pasado: Cruz de Alcántara, la de la Aguaneva, la de Santiago, la de San Roque, la de Belén, el Rollo de los Garfios, como “Antiguallas clericales de otros tiempos”. Cerca estaba la contestación de la derecha: 18 de Julio de 1936. . ...(continúa)

Datos extraidos del libro "Historia de Cabeza del Buey"