Siglos XVII y XVIII en Cabeza del Buey
Durante este siglo, los sucesos de esta villa discurren sobremanera paralelos a la Mesta. Había entrado ya el Honrado Concejo en franco declive, y algunas ciudades (tal la de Murcia) habían ganado juicio sobre la aplicación a los ganaderos de la trashumancia, de los impuestos locales; así mismo, las Cortes empezaron a atender las numerosas quejas que se formulaban a través de los diputados, hechos, que hasta entonces no se habían podido conseguir, ya que la Mesta, con sus enormes privilegios, no dejaba prosperar semejantes peticiones.
Y ocurrió que unos vecinos de Cabeza del Buey llevaban en arriendo la Dehesa de Almorchón; a los cuales puso pleito el doctor Fernando de la Vera y Alarcón y el licenciado Lezama, Alcalde Mayor. Entregadores del concejo de la Mesta presentaron un escrito en Castuera en el mes de abril de 1604 “ por el cual acusó y puso demanda a Pedro García Rayo”, vecino de la villa de Cabeza del Buey, por el cual dijo que susodicho, con poco temor de Dios, Nuestro Señor, en menosprecio de la justicia y en gran daño de los dichos sus partes y cabaña real, tenia arado y rompió el sembrado en la Dehesa de Almorchón, término de la dicha villa, cuatro fanegas de tierra y de presente lo tenia sembrado de trigo, en lo cual había cometido el delito de punición y castigo “sobre la demanda se pronuncio el juez de Castuera el 15 de abril de 1604, como también el de la Finoxossa” imponiendo a los referidos vecinos, la pena de 800 maravedíes, más las costas procesales, que ascendían a unos 700 maravedíes, ya que lo habían hecho sin licencia de S.M. Tal fallo, a pesar de haber alegado los vecinos que ellos llevaban dicha Dehesa en arriendo a la marquesa de Cerralvo, cuya era dicha Dehesa, cerrada de encomienda y que en virtud de dicho arrendamiento, que así tenia el dicho de su parte a pastor y labor y agostadero, lo podía muy bien hacer, sin incurrir en pena alguna, y que así lo venían haciendo otros antecesores arrendatarios.
Recurrieron a la Cancillería de Granada, visto lo injusto de la sentencia, consiguiendo fallo a favor de los arrendadores, porque al parecer “Los Jueces de la Mesta hacen muchas artes y los condenan en ellas, no pudiendo ni debiéndolo hacer ningún alcalde entregador que baje por aquel partido”. Por lo cual, os mando que sobre lo en ella contenido, no consientan que se hagan causas y si se hiciesen, las dejarais en el punto en que se tuvieran…., revocamos dicha sentencia…., démosla sin ningún valor y absolvemos y damos por libres a los susodichos de todo la contra ellos pedido y demandado por parte de dicho concejo de la Mesta. Executoria sobre rompimiento de la Dehesa de Almorchón, manuscrito existente en el Ayuntamiento de la villa. Nos hemos extendido en el relato de este juicio, pues estimamos que constituye una ilustración de las enormes fuerzas de que gozaba el Honrado Concejo de la Mesta, así como por ser demostrativo del acusado declive que experimentaba en esta época.
El movimiento artístico renacentista marca una acusada impronta en Cabeza del Buey.
A finales del siglo XVI o quizás a principios del siglo XVIII, se construye la Iglesia del Santuario de Belén, no podemos precisar la fecha, pues, desaparecido el archivo municipal en 1954, no podemos guiarnos nada más que por escritos sueltos y por las inscripciones que se conservan en el santuario, la más antigua nos dice “Esta verja mandó hacer la villa de Cabeza del Buey de limosnas.- Año 1635”. Otra: “Toda esta fabrica hermosa se hizo con limosnas que dio Cabeza del Buey, también aquí, se han gastado las limosnas que dieron los pueblos cercanos y devotos pasajeros… Se pintó esta obra en 1746.”
La iglesia, que se halla adosada al antiguo cuartel de los templarios, es de considerables dimensiones, como para servir a una población de 3.000 almas. Es producto final de varias construcciones de distinta épocas, predominando en su silueta lo barroco del Siglo XVIII. Su aspecto extremo produce, a primera vista, la sensación barroca de estilo colonial, por sus grandes arcos decorados con recuadros de ladrillos aplantillados, rematando el conjunto merlones cuadrados en pirámides. El camarín es copia fiel del de Guadalupe, muy bello; está compuesto por una superposición de arcos rematados por una bóveda, y arriba una linterna.
La verja que separa el departamento de la Virgen, del cuerpo de la iglesia, el púlpito y la reja de ventana de poniente, son trabajos de forja de un mérito indudable. La reja de la fachada de la Parroquia es gemela de la de Belén. Dicha ventana de poniente baña de luz la urna donde se encuentra la imagen de la Virgen de Belén, produciendo un fuerte contraste con las tinieblas en que está sumida toda la iglesia, lo que inmediatamente nos hace pensar en el simbolismo de la Virgen como “Luz en las tinieblas”.
La imagen de Ntra. Señora de Belén, pues, data del Renacimiento. Resultó destruida durante la Guerra Civil e ignoramos que artista realizó la talla. Poseía una extraordinaria belleza, y su factura, aunque clásica, obedecía a todos los cánones de las vírgenes negras de los siglos X al XII. Por supuesto, la imagen destruida en la Guerra no era la primitiva a que rindieran culto los del Temple.
El 1658, se crea la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fundada por el licenciado Zarcero. La capilla del Padre Jesús se encuentra adosada al Hospital de Santa Elena, que está bajo la advocación del Nazareno. La imagen del Padre Jesús, como tantas otras, fue destruida durante la Guerra Civil, la talla se atribuye a Martínez Montañés o algún discípulo suyo, ya que Montañés murió en 1648 y de ser obra suya la imagen preexistiría a la fundación de la Cofradía. Ha sido, junto a la Virgen de Belén, objeto de la máxima veneración en esta villa. La imagen, que constaba de todos los miembros del cuerpo poseía gran mérito artístico, así como un patetismo y una serenidad impresionantes. El licenciado Zarcero se halla sepultado frente al altar de dicha Capilla.
Como nota curiosa de la hermandad Nº Padre Jesús Nazareno, destacamos el hecho de que, por riguroso turno de antigüedad, pasaba a ser hermano mayor el “hermano” a quien le correspondía y constituía un honor muy codiciado entre los cofrades el de presidir los actos procesionales de su imagen de tanta veneración y respeto; llevaban con orgullo su procesión, hasta tal punto que aunque lloviera, ellos sacaban la imagen, aunque el cura no fuera, hecho del que no tenemos noticia de que ocurriera nunca, pero este era el espíritu. Como la gran mayoría de los varones del pueblo pertenecían a la cofradía, muchos morían sin que les alcanzase el honor de ser Hermano Mayor.
Muchas familias apuntaban a sus hijos desde la más tierna edad para coger antigüedad. Por esta razón, sólo las personas de edad avanzada, podían llegar a ser hermano Mayor. De ahí que a las personas, mayores, de las cuales todas o casi todas iban rotándose y alcanzando tal honor y respeto, se les empezó a anteponer a su nombre, la palabra “hermano”. Así del mismo modo que en otros pueblos se suele decir “tío fulano”, en esta villa a nuestros mayores, todos los jóvenes les llaman “hermano fulano”, como muestra de deferencia, cariño y respeto, por ello, en los pueblos cercanos se conoce a Cabeza del Buey como “el pueblo de los hermanos”.
Toda la magnifica imaginería religiosa (Cristo de la Viga, Cristo del Humilladero, etc.) pertenece a esta época.
Volviendo al tema de la Mesta, reseñamos que a la antigua ermita construida por los templarios en las cercanías del poblado y Venta del Buey, le fue cambiado el nombre originario de San Blas por el de San Roque y San Mateo. No teniendo noticias de cómo fuera aquella ermita primitiva, no podemos asegurar si la antigua edificación es la actual, o si la modificaron los mesteños, ya que no todos los pueblos iban creando una Ermita de San Roque, alrededor de la cual se celebraban las fiestas de agosto.
En Cabeza del Buey ha existido de siempre una cofradía de San Roque, su estructura poseía una jerarquía muy militarizada, al cofrade Mayor le llamaban capitán; existía el sargento, el abanderado, etc. Y alrededor de su ermita tenían lugar las mayores fiestas del verano. Últimamente nos han informado de que la virgen de Guadalupe era la patrona de la Mesta, pero anteriormente habíamos oído que lo era San Roque, por lo que no podemos indicar con seguridad quien lo fuera en realidad.
A lo largo de este siglo Cabeza del Buey vio nacer varios hombres ilustres, según nos informa en su historia sobre la villa Don Francisco Calderón de la Barca, así pues, nos habla de:
Pedro de Arraba, celebre escritor del cual no nos llegado ninguna obra.
Fray Jacinto de Santa Cruz, otro famoso escritor que vio la luz en esta villa a finales del siglo XVII, Prior del Convento de los Mártires de Córdoba. Entre sus obras literarias, destaca la titulada “Ejercicios Espirituales”, publicada en 1717.
Juan Benítez Montero, escritor distinguido e ilustre teólogo. Nació en Cabeza del Buey en 1630. Se formó en la Universidad de Salamanca, de la cual posteriormente fue Catedrático. Escribió obras de moral y de teología. Ocupó los cargos de Canónigo Magistral de la Iglesia Catedral de Badajoz, Vicario General administrativo de los hospitales del ejército de Extremadura, canónigo de la Catedral Metropolitana de Granada, y deán de la misma, predicador y capellán del rey, y por último obispo de Gata.
Juan Gómez Bravo, nacido el 19 de noviembre de 1677, gran predicador, teólogo y escritor. Ocupó el puesto de canónigo magistral de la catedral de Badajoz y con posterioridad, de la de Córdoba, falleciendo en esta ultima ciudad el 26 de marzo de 1744. "Catalogo de los Obispos de Córdoba"
El 20 de abril de 1655, Felipe IV confirma en Aranjuez la independencia de Cabeza del Buey respecto de la adjudicación de Villanueva de la Serena.
Una Cruz, a la entrada de la población, daba fe de la categoría de nuestra villa como municipio independiente y con justicia propia.
Siglo XVIII
Comenzó este siglo con la guerra de Sucesión. Al morir el enfermo Carlos II, el Hechizado, sin sucesión, se disputaron la corona de España la Casa de Austria y de los Borbones. Esta disputa originó una larga guerra entre los partidarios de uno u otro bando. Durante trece años España se vio envuelta en una Guerra Civil, que por fin se decidió a favor de los Borbones, con lo que la Casa de Austria, que durante dos siglos rigiera el destino de España, perdió la corona.
De recuerdo de esta contienda nos queda la destrucción del Castillo de Almorchón, que al decir de nuestros abuelos, fue destrozado por los franceses a cañonazos desde los peñones de enfrente, conocidos como Piedra del Realejo.
Pasó a ocupar el trono de España el duque de Anjou, con el nombre de Felipe V. De este rey si que habremos de ocuparnos, ya que su reinado trajo consigo consecuencias que nos afectan.
Con motivo del largo periodo de guerra, Felipe V solicitó autorización del Papa Benedicto XIV para poder vender las propiedades de las Órdenes Militares, entre las cuales se encontraba la Real Dehesa de la Serena, perteneciente a la Orden de Alcántara, Felipe V falleció en tanto se verificaban estos tramites, por lo que los continuó su hijo Fernando VI. ...(continua)
Datos extraidos del libro "Historia de Cabeza del Buey"